Saturday, September 22, 2007



Kamus Ivory empuñaba la varita y, con un hechizo locomotor, hacía levitar la maleta frente a él mientras caminaba por uno de los vagones de la locomotora escarlata. El alboroto de las conversaciones y los gritos entusiasmados de los estudiantes más jóvenes que corrían de un lugar a otro estaban irritándolo. Finalmente encontró una cabina vacía en uno de los últimos vagones del tren. Guardó las maletas y se dejó caer en el asiento tapizado, cruzando las manos detrás de la cabeza. El Expreso comenzó a ponerse en marcha, llevándolo rumbo a su séptimo año en Hogwarts.
Al pensar que aquel sería su último año que pasaría en el castillo, Kamus, al contrario de la gran mayoría de sus compañeros, no se sentía ni un poquito nostálgico. En opinión de su hermano Rigel, Hogwarts era uno de los mejores institutos de enseñanza de magia de Europa, y del mundo. Era una gran pena que el nuevo director, Albus Dumbledore, tuviese una política tan liberal en cuanto a los descendientes de muggles. Con seguridad Hogwarts no era así en los tiempos en que Betelgeuse Ivory había estudiado, o entonces ella no habría insistido tanto para que sus tres hijos frecuentasen aquella escuela, aún cuando viviesen en Rusia y fuese más cómodo estudiar en una escuela de aquel país. Pero, para Kamus, Hogwarts no pasaba de paredes de piedra que abrigaban profesores y millares de libros y estudiantes. Era sólo un lugar donde él sólo tendría que pasar el año asistiendo a las clases y fingiendo estudiar.
Sí, fingiendo, porque, desde que rindió los exámenes de los TIMOs, Kamus ya no se preocupaba con los resultados que obtendría en las pruebas. Él había llegado a la conclusión de que no adelantaba nada ser un alumno aplicado, pues ya sabía prácticamente todo lo que aquellos profesores tenían que enseñarle. Tal vez sabría hasta más, a fin de cuentas, habían ciertos aspectos de la magia que no eran abordados en el programa escolar. Era realmente impresionante lo que se podía aprender con los antiguos libros que su finado padre, Stephan, mantenía encerrados en un armario secreto en la mansión principal del clan Ivory.
Oyó que la puerta de la cabina era abierta con ímpetu y Bellatrix Black entró sin hacer ceremonias. La joven se sentó en el otro banco, como si fuese una reina que se sentaba en su trono dorado, y cruzó las piernas, mirándolo con diversión.
—¿Entonces es aquí donde te estabas escondiendo, Kamus?
—Sabes bien que no me escondo de nada, Bellatrix. ¿Y tú sentiste tanto así mi falta que me buscaste en todo el tren?
Bella se echó a reír, los ojos azules brillando de pura diversión. Le gustaba hablar con su primo, sin ninguna duda. Kamus era... diferente, intrigante y peligroso... Nunca sabía lo que le aguardaba cuando estaba con él, y a Bellatrix ciertamente le gustaba esa sensación, le gustaba lo imprevisible, y sabía que Kamus se sentía exactamente de la misma manera.
—¿Que yo sentí tu falta? —Bellatrix apoyó los brazos sobre las piernas, inclinándose hacia Kamus—. Depende... ¿tú sentiste la mía?
Kamus sonrió y se giró en su asiento, apoyando el rostro en una de las manos para mirar mejor a su prima.
—Un poco —extendió la mano libre hasta el cabello de Bellatrix, llevando un mechón rizado detrás de la oreja de ella—. Tienes ciertas características que me agradan.
La muchacha se humedeció los finos labios con la lengua, y estaba a punto de preguntar cuáles eran las características que Kamus se refería cuando la puerta de la cabina fue abierta nuevamente.
Un muchacho alto y moreno, de ojos verdes, era quien había abierto la puerta. Kamus y Bellatrix lo reconocieron inmediatamente, era otro alumno de séptimo año de Slytherin a cuya fiesta de compromiso ellos habían comparecido hacía pocos días atrás: Maxwell Sinn. Los ojos de Max se demoraron unos segundos en la mano que Kamus aún mantenía en el rostro de Bellatrix y entonces sonrió maliciosamente.
—Espero no estar interrumpiendo su... conversación.
—De ninguna manera, Sinn —dijo Bellatrix, volviéndose a recostar en el asiento tapizado.
Kamus también se sentó, lanzándole una mirada de soslayo a su prima, como si sugiriese que expulsasen a Maxwell Sinn de allí y continuasen lo que estaban haciendo antes de que él llegara, pero Bellatrix sólo le respondió con una mirada irónica. Mientras tanto, Maxwell ya se adentraba en la cabina con su grupo de amigos, todos de séptimo año de Slytherin. Pronto la cabina, que al principio era ocupada por sólo dos personas, se llenó de miembros de la Casa de la Serpiente.
—¡Por fin encontramos un lugar apropiado, Max! —dijo Stanford Lecter, descendiente de un importante linaje de magos irlandeses, que se sentó al lado de Bellatrix—. Este año el tren parece estar más lleno de lo normal. No hay duda de que Dumbledore está dispuesto a llenar la escuela con gente de clase inferior.
—Estoy seguro de que no pondrán objeción a nuestra permanencia aquí, ¿verdad, Ivory? —preguntó Max.
—Será un honor tenerlos con nosotros, Sinn. A fin de cuentas, eres prácticamente de nuestra familia ahora —respondió Bellatrix por Kamus—. Espero que me perdonen, pero tengo que ausentarme por algunos minutos, tengo que hablar con mi primo Regulus —dijo ella, ya levantándose—. Confío en que le harán compañía a Kamus por mí.
—Claro que sí, Black, ve tranquila —respondió Stanford Lecter con una sonrisa.
—Te acompaño, tengo que ir a buscar a mi prometida —dijo Max, apresurándose a abrir la puerta para la muchacha, como perfecto caballero que era.
Bellatrix abandonó la cabina acompañada de Maxwell y siendo blanco de la mirada nada contenta de Kamus. Pronto entendió lo que su prima estaba haciendo, quería irritarlo sometiéndolo a la compañía de los alumnos más arrogantes que habitaban en el ala de las serpientes. Era como jugar Paciencia con Snap Explosivo, y Bellatrix quería ver hasta dónde Kamus sería capaz de aguantar antes de explotar.


Continuará



Friday, September 14, 2007



Aquí les publico un nuevo capítulo de esta historia. Espero que les guste y no dejen de comentar. Saludos, Corina.

2-El viaje a Hogwarts

La plataforma 9 ¾ estaba abarrotada de gente. Era el día de la partida de los alumnos para otro año escolar más hacia la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. Los estudiantes empujaban carritos cargados de maletas y baúles conteniendo todo lo que necesitarían en el correr del año, pues, a fin de cuentas, recién estarían de vuelta en junio. Los padres se despedían calurosamente de sus hijos, dándoles besos, abrazos y las últimas recomendaciones antes de la partida.

—Aldo, ya te lo dije, no tenías por qué traerme aquí. Yo podía muy bien haber venido sola. ¿No fuiste tú mismo quien me dijo que estabas muy ocupado en tu trabajo?

—Betsy, siempre te traje a la estación desde que entraste a Hogwarts, y no porque estés en el último año y te sientas prácticamente una adulta dejaré de hacerlo. Me gusta venir aquí a despedirme de ti. Y en cuanto al trabajo, no te preocupes. Alex me cubrirá.

Elizabeth miró con ternura a su hermano mayor. Desde pequeña, Aldebaran siempre fue su puerto seguro, alguien con quien ella estaba segura de que podría contar. Ella sabía cuán importante era el trabajo de auror para Aldo, era algo que él lo tomaba muy en serio y lo ejecutaba con competencia y responsabilidad. Dejar de lado el día de servicio sólo para traerla a la plataforma del Expreso de Hogwarts era una gran demostración de cariño, especialmente viniendo de alguien que era visto por la mayoría de la gente como un hombre frío y reservado.

Betsy le sonrió a Aldebaran y volvió a empujar su carrito. En un sitio cerca de la entrada al vagón vio a algunos compañeros de clase. Lily Evans, Alice MacFusty y Susan Timms conversaban animadamente. Cerca de ellas estaban los muchachos que ella acostumbraba a apodar, de broma, de los Cuatro Caballeros del Apocalipsis: James Potter, Remus Lupin, Peter Pettigrew y Sirius Black.

Sirius y Elizabeth tenían un cierto grado de parentesco, ya que el padre de él era primo de Marguerite y, aunque no eran amigos íntimos, Betsy sentía una enorme simpatía por el joven Black. El encantador muchacho de cabello negro se dio cuenta de que estaba siendo observado y le guiñó un ojo a la joven como saludo. Elizabeth le respondió con una inclinación de cabeza.

Más a lo lejos ella divisó a su otro primo, Kamus Ivory, hijo de la hermana melliza de su madre. Se acordó de un comentario que su hermano, Ludovic, había hecho sobre Kamus después de su fiesta de compromiso. Según Ludo, el menor de los Ivory era una figura digna de preocupación. Betsy no sabía si compartía o no la misma opinión de Ludovic, a fin de cuentas, apenas conocía a Kamus, no recordaba haber tenido jamás una conversación de más de cinco minutos. De cualquier modo, su primo parecía ser la última persona que traería problemas a la familia, a fin de cuentas era de Slytherin, como dictaba la tradición de los Black.

La pelirroja continuó recorriendo con la mirada la multitud de estudiantes, pero la persona que estaba buscando aún no había llegado.

Aldebaran posó las manos en el hombro de su hermana.

—¿Aún no la encontraste?

Betsy sacudió la cabeza negativamente.

—No, debe estar muy sentida conmigo...

—Realmente debería tenerte mucha rabia, pero ¿cómo lo consigo? —dijo una voz a sus espaldas.

Elizabeth y Aldebaran se voltearon y se dieron de cara con una joven sonriente de la misma edad que Betsy. Tenía la piel negra, los ojos almendrados y el cabello bien corto. Elizabeth soltó su equipaje y abrazó a su amiga.

—¡Marion! Te extrañé mucho.

—Yo también, Betsy.

—No quiero interrumpir vuestro encuentro, pero es mejor que se apresuren. El tren ya está por partir —dijo Aldebaran, sonriente.

—Es verdad, Aldo —dijo Elizabeth, dándole un beso en la mejilla a su hermano como despedida y tomando a su amiga de la mano, corriendo en dirección al Expreso de Hogwarts.


Continuará





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CRÉDITOS

TRADUCCIÓN:Corina Frasier












Este blog es un fanfiction inspirado en los libros de Harry Potter. Nuestra historia comienza en los años 70, el tiempo de la primera guerra mágica. Nuestros personajes son originales, inspirados por el universo de JK Rowling.

NICHOLAS DANIEL JOHNSON


Escritor muggle de libros de fantasía y ficción. Sus padres, Richard y Mary, eran profesores de literatura inglesa, lo que tal vez haya influenciado a Nicholas en su elección profesional. Ambos murieron en un accidente de tráfico al regresar de una conferencia en una noche lluviosa, cuando Nicholas tenía doce años. Fue criado por su hermano mayor, Robert Johnson.


ELIZABETH ASTREA BLACK-THORNE JOHNSON


Heredera de una ultra tradicional y conservadora familia de magos, los Black-Thorne, Elizabeth nunca aprobó las ideas tradicionalistas de sus padres, siempre entrando en serios conflictos con ellos, especialmente con su madre, Marguerite. Cuando era estudiante perteneció a Gryffindor, hecho que generó una nueva desavenencia entre ella y su familia. Es alegre, valerosa e intrépida. Trata con igual simpatía a muggles, magos y mestizos. Es más, su mejor amiga, Marion Peterson, es hija de muggles. Cuando se graduó en Hogwarts decidió ser auror como su hermano Aldebarán, a quien mucho admira.


ALDEBARÁN AURELIUS BLACK-THORNE


Hijo primogénito de Pericles y Marguerite, Aldebarán siempre tuvo una personalidad introvertida. Raramente sonríe a no ser en presencia de su hermana menor, a quien le profesa un gran amor. No aprueba las ideas de sus padres sobre la pureza racial entre los magos y siempre trata con igual deferencia a muggles, magos y mestizos. Cuando estudiaba en Hogwarts perteneció a Ravenclaw. Es un hombre justo y valiente.


FRIDA WITOSLAWA GRYGIEL


Es una bruja de origen polaco y estudió en Durmstrang de joven. Se mudó a Inglaterra poco después de graduarse. Es una mujer elegante, educada y distinguida.


LUDOVIC SEDARIUS ERÍDANO BLACK-THORNE


Hijo del medio del matrimonio Black-Thorne, Ludovic siempre fue el preferido de sus padres exactamente por ser el único de la prole que aprobaba incondicionalmente las ideas paternas acerca de la purificación de la raza mágica. Perteneció a Slytherin cuando estudió en Hogwarts. Después de graduarse se hizo mortífago. Ludovic es uno de los más inescrupulosos, perversos y amorales siervos de Voldemort y uno de sus principales asesinos y torturadores.


ALEXANDER Y GABRIELA SINCLAIR


Gryffindor en los tiempos de Hogwarts, Alex era conocido por su coraje e integridad. Se volvió auror después de graduarse, pero por amor a su esposa abandonó el empleo y se volvió instructor de la Academia de Aurores. Es uno de los mejores amigos de Aldo.
Gabriela nació en Perú y se mudó a Inglaterra para trabajar con su hermano mayor. Muggle, siempre tuvo dificultades en aceptar y lidiar con el mundo mágico, pues iba en contra del temperamento racional que ella cultivó durante años. Es una mujer cariñosa pero de genio fuerte.


LUCY REINFIELD


Miembro de Hufflepuff en época del colegio, vio a sus padres ser asesinados por mortífagos cuando tenía once años de edad; escapó gracias a que estuvo escondida y su madre logró distraer a los siervos de Voldemort. Sin otros parientes vivos, Lucy pasó a estar bajo la tutela de Bartemius Crouch, amigo de largo tiempo de su padre y que terminó ocupando efectivamente el cargo que sería de Reinfield. Cuando se graduó en Hogwarts, Lucy trató de entrar a la Academia de Aurores, pero suspendió los exámenes físicos. Fue gracias al "tío Barty" que Lucy consiguió el puesto de secretaria en el Cuartel General de Aurores.


* Harry Potter, nombres, personajes, lugares y demás hechos relacionados son propiedad de J.K. Rowling, Warner Bros, Bloomsbury, Scholastic, etc.
* Este sitio no posee fines comerciales ni de lucro.



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